Fin de verano

El final del verano es siempre para mí una mezcla de sentimientos. Significa que quedan menos semanas para los arriates de flores. Aún quedan tomates que utilizar mientras maduran. La temporada del maíz dulce ha terminado. Las uvas Concord estarán maduras y listas para rellenar tartas. A medida que los días se vuelven más fríos y cortos, empiezan mis antojos de comida de otoño. Chili, sopas, estofados, magdalenas de calabaza golpear el lugar. Voy a traer algunos manojos de hierbas para secar y utilizar durante el invierno para hacer té, y añadir sabor a vestirse en Acción de Gracias. Mi propia salvia es mucho mejor que la enlatada.

Cambiaré los accesorios para dar un toque acogedor. Tonos más cálidos en cojines, alfombras, obras de arte y mantas para todas las sillas. Tengo tazas de café y paños de cocina de color óxido. Todas las cosas azules y marfil vuelven al armario junto con las conchas y los cuadros de barcos. Cambios sencillos que marcan una gran diferencia en el aspecto de la casa.

Otoño significa ir a comprar calabazas y grandes crisantemos con mi amiga anticuaria. Quedamos para comer en Stockton, luego ella conduce su furgoneta y nos dirigimos a una granja Amish que vende coloridos crisantemos y calabazas variadas. También hay tomates y algunas cosas más. El año pasado también vendían cachorros de golden retriever.

Pondré una exhibición de otoño fuera del porche cerrado. Una bienvenida para los amigos y familiares que nos visitan.. También es tiempo de magdalenas de calabaza y sidra de manzana caliente con especias. Paseos en coche por el campo para ver cómo los árboles comienzan su espectáculo de colores otoñales.

Hay que hacer cosas prácticas. Comprobar el filtro del horno, aspirar los conductos y lavar las ventanas. Hay que ayudar a recortar los arriates de flores y a guardar las estatuas del jardín en el cobertizo para el invierno. Acabadas las tradiciones y las tareas, disfrutaré de más tiempo en casa hasta la próxima primavera.